"Barrios de moda”, nuevo diseño, nueva gente, nuevos espacios: proceso de reconversión y gentrificación en Barrio Italia
Por Jonnathan Acosta
Macarena Cifuentes
Sebastián Gallegos
Franco Sedini
El Barrio Italia ha sido uno
de los espacios urbanos que durante las últimas dos décadas ha sido objeto de
importantes y considerables renovaciones en su ordenación. Esta nueva
ordenación implica diversas modificaciones, dentro de las cuales, una de las
más relevantes es la llegada de nuevos residentes al barrio; la inclusión de un
nuevo sector de consumo en el que destaca el comercio ligado al diseño y arte,
como también la creación de atractivos culturales y gastronómicos que le han
entregado una nueva cara a un barrio que por décadas fue principalmente
residencial. Estas modificaciones al mismo tiempo han debido convivir con
locales que llevan más de 30 años en el sector y a la vez con residentes
asentados por largo tiempo en el lugar, generando fenómenos urbanos muy
particulares.
Podemos observar cómo ciertas
modificaciones planificadas afectarían la reconstitución del espacio urbano, y
a la reconfiguración selectiva de los grupos transitorios y las actividades
realizadas en dicho sector. Es por lo anterior, que hemos llegado a considerar
como problemática de investigación la presencia de un proceso de gentrificación
real en el Barrio Italia, o si sólo es un proceso independiente y aislado de
renovación urbana que incluye, por ende, otros elementos que no se consideran
dentro del concepto de gentrificación. Tradicionalmente, la apropiación de
estos sectores se ha iniciado por un “boom cultural” que significa la llegada
de jóvenes artistas e intelectuales que buscan de alejarse de los circuitos
tradicionales (Alvarez, 2010).
Para lograr abordar el objeto de estudio de este trabajo etnográfico, se utilizará como concepto central la idea de Gentrificación, entendida como la "llegada de población de mayor condición socioeconómica que los habitantes preexistentes" (Hidalgo, 2001) a partir de diversos factores, los cuales determinarán estos recambios en los grupos residentes de un sector urbano específico. Este proceso de gentrificación se da principalmente en barrios con cierto grado de deterioro y atributos de centralidad, lo que los convierte en atractivos para el desarrollo de los negocios inmobiliarios, por lo que se generarán consecuencia inevitables asociadas al cambio drástico en la población residente, particularmente como resultado del actuar de firmas inmobiliarias, lo que “produciría en el corto y mediano plazo desplazamientos de la población original por el aumento de la renta de la tierra urbana” (Hidalgo, 2001).
Para lograr abordar el objeto de estudio de este trabajo etnográfico, se utilizará como concepto central la idea de Gentrificación, entendida como la "llegada de población de mayor condición socioeconómica que los habitantes preexistentes" (Hidalgo, 2001) a partir de diversos factores, los cuales determinarán estos recambios en los grupos residentes de un sector urbano específico. Este proceso de gentrificación se da principalmente en barrios con cierto grado de deterioro y atributos de centralidad, lo que los convierte en atractivos para el desarrollo de los negocios inmobiliarios, por lo que se generarán consecuencia inevitables asociadas al cambio drástico en la población residente, particularmente como resultado del actuar de firmas inmobiliarias, lo que “produciría en el corto y mediano plazo desplazamientos de la población original por el aumento de la renta de la tierra urbana” (Hidalgo, 2001).
Por otra parte, existen
ciertas explicaciones de cómo llega a ocurrir este fenómeno de la
gentrificación, las cuales se basan en la idea de una brecha de renta como la
causa principal de los cambios en el valor del suelo. Bajo estas nociones, Neil
Smith (1996) lo plantea como un proceso que ocurre cuando un barrio ha sido
deshabitado por sus residentes quienes se han trasladado hacia otros sectores
urbanos, por lo que se genera una desinversión en el sector, lo que
posteriormente se traduce en una desvalorización del barrio y su utilidad
residencial. Así es como finalmente la renta del lugar llegará a un punto tan
bajo que desequilibra la renta, por lo que se asegurará indiscutidamente un
resultado beneficioso para quien decida reinvertir en la renovación del sector.
A partir de las ya planteadas
conceptualizaciones, cabe decir que “el término ya no solo es usado para
denominar procesos ocurridos en los espacios centrales de las ciudades, sino
también incluso en zonas de nueva construcción anteriormente deshabitadas como
las resultantes de reconversiones industriales o las ocurridas tras la
conversión de antiguas oficinas en viviendas” (Muñoz, 2012, p.3), fenómeno que
puede ser visto en diferentes sectores de la ciudad de Santiago, los cuales no
necesariamente están ubicados en las comunas centrales, sino más bien se
encuentran en sectores periféricos.
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Fuente: Flickr Etowers |
La
realidad de Santiago y los múltiples cambios que se han ido gestando en la
última década han dado pie para una serie de procesos de gentrificación al
interior de la ciudad, especialmente en zonas céntricas que eran conocidas como
barrios residenciales con gran tradición histórica y vecinos que llevaban años
en el mismo sector. Esta es la realidad del Barrio Italia, el cual en los
últimos años ha sido el escenario de un proceso en que “nuevos propietarios y
tiendas glamorosas llegan a convivir en una misma manzana con quienes han sido
sus históricos ocupantes. No pocos se ven empujados a abandonar el lugar,
porque suben los arriendos.” (Plataforma Urbana, 2012). Así la zona del Barrio
Italia ha aumentado notablemente en cuanto a demanda como zona de comercio,
como precio de suelo y como lugar de consumo; pero esto es sólo una parte de la
forma en que se ha desarrollado la situación, “El otro es el de los habitantes
expulsados y el de los locales del barrio, que luchan por ganarse a los nuevos
residentes. La principal razón del éxodo forzado es el alza de los arriendos.
En el Barrio Italia, los de las casas subieron casi 50%, y los locales
comerciales, en 100% en los últimos años, lo que obligó a varios de los
antiguos inquilinos a irse, aseguran los vecinos.” (Plataforma Urbana, 2012)
Finalmente, esta
problematización de la situación planteada se ha traducido en una posible
hipótesis grupal, la que consiste en que el Estado y principalmente el mercado,
a través de proyectos de renovación de barrio y prácticas inmobiliarias y de
consumo, buscan transformar no solo ciertos espacios específicos, sino además, la
gente y actividades realizadas en el lugar, con la finalidad de crear un sector
determinado dirigido a grupos específicos, lo que implicaría el desarrollo de
una gentrificación y el desplazamiento de ciertos locales, grupos y vecinos de
manera permanente del lugar.
Objetivos de investigación y Estrategia metodológica
Objetivo general
- Comprender cómo la modificación del espacio urbano en el Barrio Italia, a partir de las nuevas prácticas comerciales asociadas a cambios en el tipo de residentes, puede provocar un proceso de gentrificación.
Objetivos específicos
- Caracterizar las prácticas sociales, actividades y actores que participan en el espacio comprendido como el Barrio Italia.
- Caracterizar las prácticas de consumo que se realizan en el Barrio Italia, en relación al público al que está dirigido.
- Caracterizar la presencia de un proceso de gentrificación dentro del barrio Italia, considerando la expulsión y llegada de nuevos residentes.
La principal herramienta
metodológica que se empleará a lo largo de la investigación, será el recurso de
la etnografía desde la observación, en conjunto con ciertas conversaciones
informales con las personas que ocupan el espacio de Barrio Italia, lo que
comprende mueblistas, residentes, transeúntes y empleados de las galerías. Por
otra parte utilizaremos el recurso fotográfico y ciertos dibujos esquemáticos
como forma de reflejar visualmente la distribución del espacio. Todos estos
métodos de acceso a información nos permitirán observar las distintas prácticas
comprendidas dentro del Barrio Italia, las cuales incluyen el uso del espacio
por parte de los peatones y residentes, la disposición de las tiendas en el
barrio, la ubicación de los sectores residenciales, los actores implicados, las
posibles dualidades en oposición y principalmente la contraposición de relatos
entregados por los locatarios, diferenciando entre locatarios que llevan 30
años y más en el sector, y locatarios que no llevan más de cinco años.
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Fuente: guioteca.com |
Descripción del caso analizado
El barrio Italia es un barrio
“de moda” ubicado entre las comunas de Providencia y Ñuñoa abarcando
principalmente la Av. Italia entre las calles Santa Isabel y Caupolicán,
tomando parte de calle Condell (paralela a la Av. Italia). El barrio Italia hoy
en día es conocido por el predominio del diseño y la estética, como nos lo ha
indicado uno de los nuevos vendedores del lugar; Diego Tobar, vendedor de
muebles de diseñador, publicista y diseñador: “Cada barrio abarca temáticas,
Barrio Italia por ejemplo se conforma como un punto de diseño”. El Barrio
Italia vende durante toda la semana, en especial los viernes en la tarde y
sábados todo el día. En la Av. Italia el tránsito masivo de gente dura hasta las
21:00 hrs, donde cierran los locales de gastronomía, por lo que no es
considerado un barrio nocturno sino más bien de atractivo estético y comercial
de lujo. Este efecto comienza hace aproximadamente cinco años con la compra y
venta masiva de inmobiliaria dentro del barrio, lo que dos años más tarde se
traduce en fuertes cambios tanto en la geografía humana, como las actividades
destinadas al sector.
Dentro de la mixtura de
construcciones que se observan en el barrio, llama inmediatamente la atención
la presencia de construcciones nuevas con una arquitectura moderna o antiguas
casas restauradas cuyos amplios espacios construidos y patios interiores
permiten la creación de galerías con variedad de locales. Estas últimas, las
galerías, son las que se presentan en gran número y son, a su vez, las que
proporcionan los espacios para que la oferta comercial sea mayor y más
atrayente a un público específico ligado principalmente al gusto por el diseño
y la originalidad, por ello podemos encontrar desde boutiques hasta cafeterías
de estilo particular y un enfoque gourmet. Ahora bien, son precisamente los
locales destinados a la gastronomía tales como pubs, cafés y restaurantes, los
que resaltan en el barrio, otorgándole un carácter bohemio y turístico. Como
también se destacan por el hecho de que son los locales que principalmente
prevalecen, concuerda con el testimonios de locatarios antiguos, quienes han
visto el proceso de transformación del barrio y han observado que las tiendas
más pequeñas destinadas a artículos de moda y arte, tienen menos duración que
los locales cuyo enfoque comercial es la gastronomía. Esto se debe, según
ellos, a los altos costos de los arriendos que terminan por absorber las
ganancias de los locales con menos ingresos.
A través de distintas
conversaciones con trabajadores del lugar que han trabajado en el sector por
muchos años previos a la reformulación del barrio, y los nuevos vendedores,
hemos podido dar cuenta de cómo el barrio Italia pasa de ser un sector
residencial de población mayor, de casas coloniales y cites, mezcladas con
comercios pequeños de barrio destinados a la restauración de muebles y
antigüedades, comercialización de verduras, anticuarios y talleres mecánicos de
pequeña y gran escala, a transformarse en una gran galería, rodeada de locales
de venta de muebles de diseñador, de ropa y accesorios de lujo, centros
gastronómicos, y en general como ha sido mencionado anteriormente un aglomerado
de tiendas destinadas a atraer un público nuevo y joven con poder adquisitivo.
Diego nos comenta sobre esto hecho y desde su postura como vendedor, en la que
asegura que “el público que transita por el barrio es de clase C2 tirado para
C1, jóvenes en su mayoría, con parejas y hasta con hijos, pero matrimonios
jóvenes. La mayoría pasea, come y después de vitrinear mucho compran, lo que vendemos es caro pero ellos pueden
costearlo”. Así mismo un trabajador en un taller de Nissan que lleva 15 años en
el sector nos cuenta que el barrio en sí era un barrio muy tranquilo, de poco
tránsito y pocos peatones, donde todos los vecinos se conocían y la gente
externa solo transitaba por el lugar para asuntos puntuales, pero que a medida que iban llegando las
nuevas tiendas, y en especial en los últimos tres años los vecinos se mudaron y
cambió totalmente el uso del espacio, “ya casi no quedan vecinos” nos comenta
el mecánico disgustado por la situación.
Respecto al espacio
específico en la cual nos encontramos realizando las entrevistas informales o
simplemente conversaciones con los locatarios (Av. Italia con Caupolicán),
encontramos locales de venta de muebles de diseñador, de ropa y accesorios, un
centro de gastronomía y comida gourmet, y frente a nosotros algunas tiendas y
un taller de Nissan, ambas esquinas concentran locales de restauración y anticuarios.
En dicha cuadra solo vive una señora de edad muy mayor y su pareja. Diego nos
asegura que el precio de su casa es considerablemente alto debido a la
ubicación, y que esta señora ya no tiene vecinos residenciales, debido a que es
la única casa que aún cumple una función residencial en toda la cuadra.
Todos estos relatos son a la
vez corroborados a partir de las conversaciones con otras personas que trabajan
en el sector. Tal es el caso de una señora que es dueña del casi único almacén
de barrio que queda, una verdulería que heredó de su padre, quien se había
instalado por primera vez por los años 1940 o 1945. La señora nos cuenta cómo
se ha producido el éxodo de los vecinos que habitaban el barrio, el cual partió
alrededor de 15 años atrás con el decaimiento del sector, por lo que muchos de
ellos vendieron sus propiedades para irse. Así, muchas inmobiliarias comenzaron
a comprar las propiedades hasta lograr apoderarse de una gran cantidad del
suelo; generando un alza en la demanda del sector, lo que contribuyó al alza
del avalúo de las viviendas, elevándose entre tres y cuatro veces del precio
original.
Con este nuevo boom del barrio, muchas personas
continuaron vendiendo pero sobre todo debido a las presiones realizadas por las
inmobiliarias en su afán de compra. Así, con el pasar de los años surgieron las
galerías que se ven hoy en día y que han transformado el lugar en un sector
meramente comercial, idea que es avalada por nuestra entrevistada, quien
asegura que el sector ya es más una atracción turística que un barrio
residencial porque ya no quedan vecinos y tampoco llegan nuevos residentes,
sino que sólo llegan nuevos comerciantes; incluso nos asegura que le han
ofrecido muchas veces comprar el terreno donde se ubica su negocio, pero ella
se rehúsa argumentando que ese es su trabajo y un lugar que construyeron como
familia, además de ser el lugar donde vive. Eso sí, nos asegura que ellos, a
pesar de ser antiguos locatarios, no se han salvado del alza en los arriendos,
ya que negocios pequeños de menos de 30 metros cuadrados, deben pagar entre 300
y 400 mil pesos todos los meses.
Debido a todo esto comenzamos
a cuestionarnos respecto a las motivaciones por las cuales artistas y
diseñadores deciden asentarse en el sector, y además, cuáles son las
motivaciones de los residentes para vender y arrendar sus casas. Diego nos
explica que los vendedores y diseñadores en el rubro de los “espacios de moda”
precisan de estudios de mercado que muestran aquellos sectores de baja
rentabilidad, aquellos barrios que por diferentes motivos conservan bajos y
estables precios de arriendo y dividendo, pero que además poseen centralidad.
Al encontrar un barrio con estas características el mercado inmobiliario comienza
una masiva compra y venta, donde en ocasiones la compra de residencias se daría
por el doble, y la venta superaría al cuádruple del precio original, lo que
finalmente alza los precios de arriendo en todo el sector, motivos
considerables para los residente del barrio, principalmente adultos de edad avanzada y ancianos.
Diego nos cuenta que este
efecto de renovación de un barrio antiguo a un barrio de moda tiende a ser
“cíclico” y aún más específicamente ciclos de seis años por barrio, “en los
barrios de moda tiende a ocurrir un “efecto cíclico”. Barrio Bellavista,
Constitución que está al lado, Bellas Artes, después Barrio Lastarria, y ahora
Barrio Italia, [...] y próximamente serán los galpones de Independencia y luego
Recoleta, el ciclo abarca seis años e implica segregación”.
Tal cual hemos observado en
este trabajo, la renovación del Barrio Italia tendría efectos de segregación, y
estigmatización, en primera instancia se produce la formación de grupos
cerrados entre los antiguos vendedores y los nuevos. Estos últimos nos comentan
que a pesar de no involucrarse con los nuevos vendedores los anticuarios son
“bastante territoriales”, por lo que constituyen un núcleo cerrado en el
barrio. Estos nuevos locatarios conviven con locales décadas más antiguos y que
fueron los primeros en darle el carácter particular al barrio. Si bien hoy en
día de esto antiguos negocios quedan pocos, aún encontramos locales dedicados a
la restauración y venta de muebles, a la venta de antigüedades y al comercio
minorista como verdulerías y bazares. Estos comerciantes son testigos vivos de
la transformación que ha sufrido el barrio los últimos diez años y también se
han visto insertos en el mismo proceso, ya que, como declara un anticuario con
el que conversamos, los costos de los arriendos también los han alcanzado a
ellos. Por otro lado, ellos también han visto el éxodo que se ha producido en
torno a los antiguos residentes, algunos tentados por ofertas de las
inmobiliarias han decidido vender, mientras que otros a raíz de los arriendos
altos han debido migrar.
Pero los altos precios del
mercado inmobiliario, los ciclos de moda determinados artistas y diseñadores y
los constantes proyectos de renovación de espacios urbanos no solo afectan a la
población preexistente. El boom del Barrio Italia lleva ya tres años, lo que
significa que aún le quedan tres años más de impacto antes de que las tiendas
se muden a otros barrios con rentabilidad más baja y estable. Al llevarse a
cabo este proceso los barrios de moda conservarían como nos ha indicado Diego
“ciertas temáticas”, de la misma forma que barrio Lastarria conservó la ropa y
barrio Bellavista los pubs-restaurant. Barrio Italia conservará la gastronomía
y la venta de muebles de diseñador, por lo que seguirá siendo un punto de diseño,
y por lo cual la venta de ropa, accesorios y chucherías serán desplazadas a
medida que el barrio deje de estar de moda y los costos de suelo desciendan en algún
otro punto de la capital.
Reflexiones finales
El proceso de gentrificación
que vive el Barrio Italia, como ya lo hemos visto, se produce por el recambio
de gente que habita y principalmente utiliza el espacio, que en el caso de
Barrio Italia se inició como este sector principalmente residencial y con
pequeños centros de construcción, reparación y restauración de muebles. Esta
realidad se ha ido modificando a partir de ciertas remodelaciones que ha
sufrido el sector a partir de intervenciones de instituciones públicas como
privadas que quieren darle un nuevo espíritu, es decir, convertirlo en un
barrio “de moda” que se asemeje y mimetice con las tendencias actuales, por
ende la explotación, apropiación y remodelación del espacio se define por un
corte artístico, determinado por diseñadores jóvenes y de tendencias
vanguardistas. Esta realidad se puede observar, como comprobamos empíricamente,
en cómo las empresas privadas, principalmente de diseño de mueblería, de ropa y
de gastronomía han elegido este sector, para transformarlo en un nuevo barrio
exclusivo del diseño y la vanguardia, comprando las antiguas casa
residenciales, transformándolos en grandes tiendas y restaurantes, lo que a la
vez se ve fomentado por la acción de distintas empresas inmobiliarias que
determinan los valores de suelo y comercialización del espacio en que se
emplaza este nuevo barrio comercial y artístico.
Los
efectos de este proceso de modificación del barrio son claros, en primer lugar
el número de personas que utilizan el espacio ha aumentado, el cambio que se
produjo en los últimos cinco años en el sector ha hecho que haya explotado
demográficamente; principalmente a partir de la llegada de gente joven y con
poder adquisitivo. Y en segundo lugar, los precios en que se sondea el mercado
del Barrio Italia, el hecho de que este barrio está en la cúspide de la demanda
inmobiliaria, ha provocado que el precio tanto del suelo, como de las viviendas
se haya elevado de manera descomunal. Obligando a los propietarios del sector a
vender sus casas y dando la posibilidad a los privados a comprarlas para
aumentar el número de locales disponibles a arrendar, atrayendo así a más
comerciantes, artistas y diseñadores que buscan un lugar donde establecer su
negocio.
Finalmente, frente a todos
estos fenómenos ya descritos, podemos llegar a comprender ciertas líneas de
desarrollo del barrio y que han dado como resultado un marcado proceso de
gentrificación, el cual se hace visible a partir de los relatos obtenidos de
los mismos locatarios y comerciantes del sector, especialmente aquellos que
llevan más de 20 años establecidos en Barrio Italia. Este proceso da cuenta de
cómo el manejo del valor del suelo, la demanda por estos nuevos sectores
emergentes como barrios “de moda”, y la presión ejercida por empresas
inmobiliarias que obligan a los vecinos a vender sus terrenos, han generado un éxodo
por parte de los antiguos vecinos de la zona; es decir, a partir de la llegada
de nuevas tiendas, galerías y boutiques que pretenden entregar un nuevo sello
al barrio, al mismo tiempo se ha producido la expulsión de los antiguos
residentes, quienes al verse invadidos por esta ola de nuevos consumidores, han
impedido que la vida residencial se siga desarrollando, cumpliéndose plenamente
la idea de gentrificación, entendida como el desplazamiento de la población
original por el aumento de la renta de la tierra urbana por la llegada de una
población de mayor condición socioeconómica que los primeros habitantes.
¡Muchas gracias por el aporte!
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